En lo que llevamos de 2025, los accidentes de tráfico han experimentado un alarmante aumento en las carreteras españolas, especialmente en zonas urbanas y secundarias. Según los últimos datos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT), las cifras de siniestralidad se han incrementado un 12% respecto al mismo periodo del año anterior. Este repunte pone de manifiesto que, a pesar de los avances tecnológicos en seguridad vial y de las campañas de concienciación, aún queda mucho por hacer para reducir los riesgos al volante.
Entre los factores más frecuentes que han provocado este aumento de siniestros destacan:
El uso del teléfono móvil al volante: a pesar de la prohibición y las sanciones impuestas, muchos conductores siguen utilizando sus dispositivos móviles mientras conducen. Esta distracción multiplica por cuatro el riesgo de colisión, según estudios de la DGT.
Exceso de velocidad: los radares fijos y móviles han detectado un incremento notable de infracciones por velocidad en entornos urbanos. En muchos casos, los accidentes por velocidad ocurren en zonas con limitación a 30 km/h.
Conducción bajo los efectos del alcohol o drogas: las pruebas de alcoholemia y drogas siguen dando resultados positivos en una parte importante de los controles, especialmente durante los fines de semana.
Falta de mantenimiento del vehículo: en épocas de inflación, muchos propietarios aplazan revisiones o cambios de neumáticos, lo que aumenta el riesgo de fallos mecánicos en circulación.
Incorporación masiva de patinetes eléctricos y bicicletas: el crecimiento del transporte personal sin motor ha generado nuevos retos en la convivencia vial, especialmente por la falta de formación o respeto a las normas básicas.
Las consecuencias de un accidente de tráfico pueden ser devastadoras. No solo hablamos de daños materiales en los vehículos, sino de lesiones personales, secuelas físicas y psicológicas, bajas laborales y, en los casos más graves, fallecimientos.
En términos legales, las víctimas de un accidente de tráfico tienen derecho a ser indemnizadas. La Ley 35/2015, de 22 de septiembre, regula el sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación, también conocido como baremo de tráfico. Esta ley establece los criterios y cuantías para calcular la indemnización por:
Días de baja médica (muy graves, graves, moderados o básicos)
Secuelas físicas o psíquicas
Perjuicio estético
Lucro cesante (pérdida de ingresos)
Ayuda de tercera persona
Fallecimiento y perjuicios morales para los familiares
Además, se aplica el Real Decreto Legislativo 6/2015, que regula la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, donde se establecen las normas de comportamiento de los conductores, las sanciones administrativas y la pérdida de puntos del carné de conducir.
A lo largo de 2024 y comienzos de 2025, se han producido varios cambios normativos que afectan al ámbito de la seguridad vial y a las reclamaciones por accidente:
Endurecimiento de sanciones: desde 2022, el uso del móvil al volante se penaliza con 6 puntos del carnet y una multa de hasta 200 euros.
Regulación de patinetes y VMP: los vehículos de movilidad personal ya no pueden circular por aceras y deben cumplir normas similares a las de bicicletas. Además, se exige casco en muchas ciudades y se estudia implantar un seguro obligatorio.
Revisión del Baremo: se está preparando una reforma del sistema de valoración de daños personales para adaptarlo a la realidad médica y económica actual, con especial atención a las lesiones psicológicas y la pérdida de calidad de vida a largo plazo.
Los accidentes de tráfico siguen siendo una de las principales causas de lesiones graves en España. La educación vial, el cumplimiento de las normas y el uso responsable del vehículo son claves para reducir estas cifras. Si has sufrido un accidente, recuerda que tienes derecho a ser indemnizado conforme al Baremo y que contar con un abogado especializado puede marcar la diferencia entre una compensación justa y una oferta insuficiente.